Las municiones de racimo son artefactos que se dispersan en docenas o cientos de pequeñas y divididas municiones explosivas que penetran e impactan ampliamente en las zonas de detonación, lo que supone una amenaza humanitaria tanto durante como después de los ataques, ya que estas armas no pueden distinguir entre combatientes y no combatientes.
En 2007, la Coalición contra las Municiones en Racimo y un grupo de países encabezaron las negociaciones del tratado que dió como resultado en 2008 la Convención sobre Municiones en Racimo para poner fin a este daño inaceptable y proteger a los civiles.
Las armas cortas y ligeras son aquellas armas civiles, privadas y militares con capacidad de disparar un proyectil. La condición principal de este tipo de armas es que la unidad o el sistema pueda ser transportada por un individuo, un pequeño número de personas, por un animal de carga o un vehículo ligero.
Tras un proceso de negociación liderado por la Asamblea General de Naciones Unidas el Tratado sobre el Comercio de Armas fue adoptado en el año 2013, este regula las transferencias de armas convencionales, obliga a los Estados Partes a evaluar el riesgo frente a las exportaciones de armas y en dado caso, rechazar las transferencias si el riesgo no puede ser mitigado; de igual manera, prohíbe las transferencias de armas a Estados Parte que cometan genocidio, crímenes contra la humanidad, crímenes de guerra u otras serias violaciones al Derecho Internacional.
Los Sistemas de Armas Autónomos Letales (SAAL) y/o Robots Asesinos, son máquinas catalogadas como aquellas que podrían seleccionar y atacar objetivos sin un control humano significativo. Actualmente en pleno desarrollo, los robots asesinos plantean una serie de problemas morales, de responsabilidad legal, tecnológicos y de seguridad.
En 2014, los Estados Partes de la Convención sobre Ciertas Armas Convencionales (CCAC), la Campaña para Detener los Robots Asesinos (Campaign to Stop Killer Robots) y otras organizaciones internacionales, iniciaron el proceso de discusiones sobre los SAAL con el fin de regular o prohibir el desarrollo, producción uso y despliegue de estas armas. La gran mayoría de los países de la CCAC han expresado su apoyo al mantenimiento del control humano sobre el uso de la fuerza y/o a la prohibición de los SAAL a través de un instrumento jurídicamente vinculante.
Las Armas Nucleares produces serios daños y efectos humanitarios y medioambientales. Son explosivos con un alto poder de destrucción, están compuestas y diseñadas con energía nuclear, la cual, al momento de la detonación, libera una fuerza devastadora de calor. Acompañada de lluvia radioactiva que causa efectos devastadores en la salud, estragos en el medioambiente y desplazamiento forzado.
Las Armas Explosivas en Zonas Pobladas, tienen amplios efectos destructivos en la zona de impacto, es una de las principales causas de daños a la población civil. La devastación que causan estas armas cuando se utilizan en pueblos y ciudades provoca muertes y lesiones a los civiles y de igual manera, la destrucción de la infraestructura pública esencial, causa graves efectos que desembocan un gran impacto a la población durante y después de un conflicto.
La Red Internacional sobre Armas Explosivas (International Network on Explosives Weapons, INEW), han trabajando en el activismo y promoción de una Declaración Política sobre Armas Explosivas, junto con los Estados afines y otras organizaciones internacionales, con el objetivo de establecer compromisos frente al uso de este tipo de armas.