La Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM) nació en 1999 como una iniciativa ciudadana, voluntaria e independiente. Desde ese año es miembro de la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas Antipersonal (ICBL, por su sigla en inglés), una red global de organizaciones que trabaja para erradicar las minas antipersonal desde 1991. En 1997, la ICBL ganó el Premio Nobel de Paz por impulsar la prohibición total de las minas a través de la “Convención sobre la Prohibición del Empleo, Almacenamiento, Producción y Transferencia de Minas Antipersonal y sobre su destrucción”, comúnmente conocida como Convención de Ottawa.
En el año 2000, la CCCM se constituyó como una organización no gubernamental (ONG) y un año después integró a su campo de acción los temas de desarme y las iniciativas que lo promueven, impulsando los valores de Seguridad Humana y Desarrollo. Esto es posible mediante el fortalecimiento de políticas nacionales, estándares internacionales, asistencia a las víctimas y mitigación del impacto por el empleo, almacenamiento, producción, transferencia y destrucción de armas y artefactos explosivos, regulados o prohibidos por el Derecho Internacional Humanitario (DIH), usados para herir, mutilar o matar.
La CCCM está integrada por organizaciones de la sociedad civil, entre ellas la Corporación Paz y Democracia (Antioquia), la Corporación Visión y Gestión (Caldas), o la Fundación Valle de Pubenza (Cauca). Igualmente, trabaja de la mano de instituciones, organizaciones nacionales y locales, además de varias asociaciones departamentales de sobrevivientes. También forma parte de la Mesa Nacional de Educación en el Riesgo de Minas, encargada de la coordinación y acompañamiento de las acciones de educación para prevenir accidentes causados por minas.
En el campo del desarme la CCCM, en alianza con organizaciones internacionales como la Campaña Internacional para la Prohibición de las Minas (ICBL), la Coalición contra las Municiones en Racimo (CMC), la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN), la Campaña para Detener los Robots Asesinos (Stop Killer Robots), Armas Bajo Control (Control Arms), la Red Internacional contra las Armas Explosivas (INEW) Closter Munition Coalition y Seguridad Humana en Latinoamérica y el Caribe (Sehlac), trabaja en la concientización sobre los riesgos para la población civil de este tipo de armas, así como para promover tratados de prohibición que prevengan sus efectos.
Su sede principal se encuentra en la ciudad de Bogotá y cuenta con una red de coordinadores y voluntarios en 22 de los 31 departamentos afectados por minas antipersonal (MAP), municiones sin explosionar (MSE) y trampas explosivas (TE).
La Asociación Campaña Colombiana Contra Minas fomenta el desarrollo integral de las comunidades a partir de la promoción del desarme humanitario y la Seguridad Humana. Implementa los pilares de la acción integral contra minas antipersonal, e incide para el establecimiento de normas y acciones que prevengan y remedien el sufrimiento humano y los daños medioambientales causados por las armas indiscriminadas y los conflictos armados, aplicando los enfoques diferenciales, de derechos y de acción sin daño.
Ser una organización de desarme humanitario reconocida por su liderazgo, calidad y aporte a la seguridad humana y la construcción de escenarios de paz involucrando a las comunidades afectadas por el conflicto y la violencia armada.
Entendemos que los intereses colectivos deben prevalecer al interés particular y que el actuar se realice con la debida transparencia y esté dirigido a alcanzar los propósitos misionales.
Guardar confidencialidad respecto a la información de la Campaña y en caso de conflicto de intereses abstenerse de opinar de los asuntos. Velar por el buen nombre de la Campaña, dentro y fuera de ella y hacer observaciones y sugerencias que permitan elevar la calidad de su trabajo.
El respeto implica la comprensión y la aceptación de la condición inherente a las personas como seres humanos con derechos y deberes en un constante proceso de mejora espiritual y material.
La disposición a ayudar a los compañeros cuando necesiten de apoyo. Actuar siempre regidos por la cooperación para lograr los objetivos propuestos por la Campaña.
Que todos nuestros esfuerzos garanticen acceso equitativo e igualdad de oportunidades, reconociendo las habilidades y potencialidades diferenciales de cada individuo independiente de su origen, credo, sexo, orientación sexual, raza o condición.
Damos a cada quien lo que le corresponde de conformidad con sus méritos y los derechos que le asisten.
Mantenemos el deseo y la motivación de aportar al desarrollo institucional mediante nuestra capacidad intelectual y física para servir con el mayor agrado, haciendo el proyecto de vida compatible con nuestra misión.
Valoramos a los demás por lo que son y aceptamos con respeto lo distinto, lo diferente y lo que no es igual a nosotros.
El manejo eficiente de los recursos en la realización de nuestras actividades se deben realizar de modo que se cumplan con excelencia y calidad los objetivos y metas Institucionales.
Apoyamos las acciones realizadas para el ejercicio de la ciudadanía y el desarrollo local, regional y nacional, en especial aquellas dirigidas al mejoramiento de las condiciones de vida de los sectores más vulnerables de la sociedad, en especial las víctimas del conflicto armado.
Promovemos el cuidado del medio ambiente para garantizar la calidad de vida de las generaciones futuras, en el accionar de todas las áreas institucionales con la finalidad de generar prácticas responsables dentro del enfoque de sostenibilidad ambiental y la búsqueda de la eficiencia en los procesos para lograr un nivel óptimo en el uso de los recursos.
Mantenemos la disposición al diálogo como punto de partida a la solución de situaciones producto de las diferencias que se presenten en la interacción cotidiana entre los distintos miembros de la Campaña.
Actuar con legalidad, justicia e imparcialidad tanto en la ejecución de los proyectos como en las relaciones entre nuestros miembros sin tratar con privilegio o discriminación, sin tener en cuenta su condición económica, social, ideológica, política, sexual, racial, religiosa o de cualquier otra naturaleza.
La sede principal de la Campaña Colombiana Contra Minas se encuentra en la ciudad de Bogotá, donde un equipo gestiona todos los proyectos y procesos desarrollados por la organización. Sobre el terreno 5 coordinadores y coordinadoras regionales y municipales se encargan de implementar dichos procesos junto con sus equipos conformados por mujeres y hombres comprometidos con la transformación de sus territorios. Igualmente la CCCM cuenta con una extensa red de voluntarios que trabajan en los municipios más afectados por la presencia de minas antipersonal (MAP), municiones sin explosionar (MSE), trampas explosivas (TE).