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Soy firme creyente que las mujeres podemos llegar hasta donde nos lo propongamos, de conquistar espacios que tradicionalmente han sido ocupados por los hombres, en mi familia soy la única mujer entre mis tres hermanos, esto me ha dado la oportunidad de tomar decisiones a la de ellos, y llegar a la Campaña Colombiana Contra Minas, me ha abierto la posibilidad de crecer como mujer y ser humano.

Cerca del 75% de las personas que viven en extrema pobreza son mujeres y niñas, una situación que les afecta de manera desproporcionada aún más cuando a esta característica la acompañan otras como la etnia y/o la orientación sexual diversa o las condiciones de discapacidad. Desde hace 20 años, aproximadamente, el reconocimiento de la importancia de la mujer en la construcción de paz y transformación de sus territorios ha sido bastante amplia, no obstante las mujeres siguen participando en un porcentaje mucho menor de proceso asociativos, de diálogo de paz o transformación de sus comunidades; pese a ello, su participación es muy importante en la medida en la que desde la realidad de sus territorios, vivencias y experiencias construyen hombro a hombro la sociedad con la que han soñado. 

Ese es el caso de 3 mujeres de la Campaña Colombiana Contra Minas: Ana Milena Usuga, enlace comunitario de Murindó en Antioquia; Maricel Anacona Vargas, líder de un equipo de Estudio no Técnico y candidata a EOD2 en Puerto Leguízamo Putumayo; Nancy Estela Jiménez, quien apoya en las labores generales de la oficina de Urrao en Antioquia. Mujeres valientes, comprometidas y resilientes que desde la cotidianidad de sus esfuerzos y sus roles en nuestra organización contribuyen a la realización de este sueño de una Colombia Sin Minas.

Las mujeres del mundo desean y merecen un futuro igualitario sin estigma, estereotipos, ni violencia; un futuro que sea sostenible, pacífico, con igualdad en acceso a derechos y oportunidades para todas las personas. A fin de lograr este objetivo, el mundo necesita mujeres en todos los espacios de transformación de sus territorios, por eso desde la CCCM promovemos activamente la inclusión de mujeres en puestos de liderazgo y/o con roles no tradicionales que rompan con estereotipos tradicionales de roles de género en actividades por el desarme humanitario

Es así que, proveniente de un pequeño pueblo de Antioquia, ubicado en la ribera del río Atrato, al cual solo se llega por vía fluvial, un pueblo sobreviviente a muchas tragedias, unas naturales y otras causadas por el flagelo de la guerra que azota nuestro país: Murindó, que significa en lengua indígena “Río del árbol”.  Ana Milena Usuga, madre de dos niños, quien ha dedicado gran parte de su vida a trabajar con la población étnica de su municipio, lo que le ha permitido conocer su territorio, sus habitantes, sus historias, proyectos y vivir con ellos alegrías y tristezas, hace hoy en día parte de nuestro Enlace comunitario en Murindó.

“Llegar a la Campaña Colombiana Contra Minas, ha sido de lo mejor que me ha pasado en mucho tiempo, me he descubierto como una mujer que le apasiona lo que hace, que disfruta hacer su trabajo, que celebra los triunfos y sufre las tristezas de su pueblo.  Como mujer he tenido infinidad de retos, pero quizás los que más me marcaron en su momento, fue el hecho de que algunos trabajos se nos niegan por ser mujer, quizás, en la creencia de algunos retos no pueden ser asumidos por mujeres, si no por hombres, ya que nos ven como seres débiles. Con la Campaña Colombiana Contra Minas, he asumido nuevos retos, aquí, ser mujer no es un obstáculo, por el contrario, te animan cada día a ser mejor, a que disfrutes la experiencia. No ha sido fácil, porque ningún trabajo lo es, pero las largas horas sentada en un embarcación de madera con un motor fuera de borda tripulado por Elida Sucre, por el Río Murindó, ella que conoce cada vuelta, cada playa o cada roca en la que pueda encallar la embarcación, o las largas horas de camino, te fortalecen y te das cuenta que el trabajo que realizas es importante”

En las actividades por el desarme humanitario aún hay distribución de roles asociadas a la política del cuidado. Hombres se dedican a procesos como la liberación de tierras, el Despeje y la neutralización de artefactos explosivos; mientras las mujeres se dedican, en su mayoría, a la Educación en el Riesgo de Minas, a la Asistencia Integral a Víctimas y al Enlace Comunitario en tanto que aún el mundo del desarme humanitario es reconocido como un espacio manejado por hombres y donde la política del cuidado aún es evidente. 

Sin embargo, eso está cambiando, cada vez hay más mujeres involucradas en el Desminado Humanitario, en puestos de liderazgos y asumiendo roles no tradicionales, esa es la historia de Maricel Anacona Vargas, una mujer de 32 años, proveniente de Puerto Leguizamo, Putumayo líder de un equipo de ENT y candidata a EOD2. Ella es la hermana mayor de 4 hermanos, madre soltera, cuyo hijo es el motivo por el que se levanta cada mañana con entusiasmo y mucha alegría, para que él se sienta orgulloso de tener una madre ejemplar

“Gracias a Dios y con un gran esfuerzo y el apoyo de mi madre logré acreditarme como investigador de Estudio No Técnico, es donde comienzo a ejercer mi trabajo con las comunidades de apoyar a minimizar accidentes por las Minas Antipersonal ya que hoy en día desafortunadamente se han presentado muchos accidentes por estos artefactos Explosivo. Empezamos a trabajar en el Desminado Humanitario en el departamento del Putumayo, municipio de Puerto Leguízamo en el año 2019, como Investigadora, mi grupo estaba conformado por 4 persona que compartía a diario con tres  compañeros, “hombres”, adaptarme al grupo como mujer fue difícil pero con el apoyo de mis compañeros se hizo posible, los ciclo de mi trabajo eran de tres semanas donde permanecía ausente de mi familia. Para mi, como madre, en las noches era difícil no estar con mi hijo, pero gracias a la compañía de mis compañeros fui  aceptando la realidad, que me enfrentaba. Pasan 3 años aproximadamente ejerciendo mi labor como Investigadora y me dan la oportunidad de realizar el curso de Líder en el año 2020, con el gran esfuerzo y entusiasmo, dedicación logro acreditarme como líder, fue un reto para mí empezar a ejercer el cargo como líder del equipo ENT 25, contando con la responsabilidad de liderar a 3 personas, con diferentes actitudes y personalidades, enfrentándonos en diferentes sectores del Putumayo “ Comunidad”, respetando las culturas y costumbre de cada una de ellas, conociendo la situación que hoy en día se vive, la problemática y la situación frente a los Artefactos Explosivo, y dándome cuenta de la gran importancia que tiene la  Organización del Desminado Humanitario la CCCM  en Nuestro País colombiano.

Desde la CCCM hacemos un llamado para que las mujeres y las niñas cuenten con igualdad de oportunidades, vean realizados sus derechos y participen plenamente en todas las áreas de la sociedad, por ello promovemos la inclusión de mujeres en la actualidad estas componen el 46% de nuestra organización. La Acción Contra Minas en todos sus pilares ayuda a la construcción de equidad de género en las comunidades y a fortalecer sus impactos en la medida en la que garantiza que todas las personas de una comunidad, independiente de su género, sean partícipes de acciones que transforman y promueven la seguridad para la vida y el desarrollo en sus territorios. De hecho, de acuerdo a hechos y cifras: Empoderamiento económico de ONU mujeres, cuando el número de mujeres ocupadas aumenta, las economías crecen y según estudios efectuados en países de la OCDE y en algunos países no miembros, el aumento de la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo —o una reducción de la disparidad entre la participación de mujeres y hombres en la fuerza laboral— produce un crecimiento económico más rápido

Nancy Estela Jiménez mujer de 38 años de Urrao, Antioquia alegre, honesta, respetuosa, responsable que le gusta hacer cada cosa con la mejor actitud, su familia compuesta por su hijo Juan José Jiemnez, su madre y abuela son su motivación día a día. Ella es muestra de la importancia de la inclusión de mujeres, en roles tradicionales o no, pero que incluyan en los procesos y espacios una perspectiva desde la cotidianidad y experiencia de las mujeres

La vida me la mueve mi familia en especial mi hijo, ellos son mi razón de ser, mis ganas de seguir mi lucha diaria. Son los que me impulsan a cruzar horizontes no importa que tan difícil sea  por ellos esta vida y la otra. La experiencia de trabajar con la CCCM ha sido no solo una gran oportunidad de ingresos monetarios si no una oportunidad de conocer a personas grandiosas con calidad humana única a todas las personas que he tenido la oportunidad de conocer me han demostrado que la gente no  vale por lo que tiene si no por lo que es. Con mi labor como apoyo en servicios generales de la oficina de Urrao contribuyo socializando la labor que cada uno de los equipos realiza en nuestras comunidades y así evitamos más personas afectadas por minas .

Las desigualdades de género en todas las dimensiones laboral, personal, económica y desarrollo profesional son persistentes en todos los países y al combinar el trabajo remunerado y no remunerado las mujeres trabajan más que los hombres, destinan menos tiempo a sí mismas y tienen más retos en cuanto a la realización de sus sueños. Desde la Campaña Colombiana Contra Minas seguiremos viendo en las actividades de Acción Contra Minas espacios para desarrollar estrategias transformativas en temas de género, fortalecer la perspectiva femenina desde lo rural e incluir las diferentes necesidades y capacidades dentro de nuestros proyectos. 

En el marco del día internacional de la mujer reconocemos el trabajo de todas las mujeres comprometidas por una Colombia Sin Minas cuyas maravillosas y valiosas historias no están en esta nota presente pero fortalecen la transformación de sus territorios y la construcción de paz. Mujeres en roles de desminadoras, investigadoras de Estudio No Técnico, líderes, supervisoras, conductoras, analistas de gestión de información, enlace comunitario, paramédicas, directoras de área, coordinadoras regionales de operaciones, apoyo en servicios generales, auxiliares contables y administrativas, logísticas, todas hacen parte importante de nuestra organización. 

Indudablemente aún queda mucho por hacer, contamos cada vez con más mujeres en nuestra organización, el siguiente paso es garantizar que eso se vea reflejado en puestos de liderazgo y dirección en paridad, en que la base salarial no esté compuesta en su mayoría por ellas y los roles tradicionales, bajo la política del cuidado, dejen de ser replicados más allá de la libertad de elección individual. Sin embargo, la garantía de acceso a espacios de decisión y transformación desde la equidad de género en la Acción Contra Minas sigue siendo un compromiso para nuestra organización y en el marco de esta conmemoración lo reiteramos visibilizando también el camino que aún hay por seguir.

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