Pastoral Social y la Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM) iniciaron el pasado mes de julio la implementación conjunta del proyecto “Acción Integral Contra Minas Antipersonal, desde un enfoque comunitario, en los departamentos de Caquetá y Nariño”, financiado por el gobierno alemán y Cáritas Alemana.
El objetivo del proyecto es reducir el riesgo causado por la presencia de minas antipersonal en estos dos departamentos y mejorar las condiciones de vida de los sobrevivientes y sus comunidades. Para lograrlo, se trabajará durante dos años en torno a tres ejes fundamentales: Educación en el Riesgo de Minas (ERM), Asistencia Integral a Víctimas y Gestión Territorial.
Los dos departamentos seleccionados, Nariño y Caquetá, presentan de las cifras más altas de hechos violentos en el país, con presencia actual e histórica de diversos grupos armados ilegales. Esto ha contribuido al uso de minas antipersonal (MAP) y municiones sin explotar (MUSE), artefactos explosivos improvisados (AEI) y remanentes explisvos de guerra (REG), lo que, a su vez, ha contribuido a que estos departamentos tengan un alto índice de eventos a causa de estos artefactos. Desde 2005 hasta febrero de 2016 se registrarion 2.430 eventos en Caquetá y 1.551 en Nariño, según consta en el proyecto.
Ante este escenario de riesgo, la ERM busca promover comportamientos seguros en la población civil frente a la presencia de estos artefactos explosivos indiscriminados y fomentar planes de autocuidado. Al tiempo, se busca capacitar a los líderes de las comunidades para que puedan replicar el conocimiento adquirido.
En ese sentido, del 3 al 7 de octubre se realizaron talleres de capacitación en ERM para equipos locales y multiplicadores en Pasto, Tumaco y Florencia, donde se formó a líderes comunitarios y sociales en la ruta pedagógica y las herramientas educativas diseñadas por UNICEF. Estos líderes serán los encargados de transmitir posteriormente estos aprendizajes en talleres organizados en las comunidades priorizadas por el proyecto. Para ello, les fueron entregaron unos kits de formación, acompañados de una explicación sobre su manejo para que la comunidad aprenda comportamientos seguros y pueda dar una respuesta adecuada e inmediata ante un eventual accidente con MAP, MUSE, AEI o REG.
Más adelante se implementará una estrategia de difusión de información pública, que pretende llegar con mensajes de prevención a las comunidades en riesgo. Asimismo, se elaborarán, de forma participativa, planes comunitarios de autocuidado en 18 comunidades priorizadas por el alto riesgo que tienen de sufrir un accidentes.
Paralelamente, se desarrollará una estrategia de Asistencia Integral a Víctimas de MAP, MUSE, AEI y REG, la cual contempla varios aspectos. El primero se trata de una ayuda humanitaria completementaria, es decir, un recurso económico para transporte, alimentación y hospedaje, además de kits de aseo y víveres para los sobrevivientes y sus familiares, con el objetivo de que puedan tener un acceso digno y garantizado a los servicios y derechos que contempla la ruta de atención a víctimas, principalmente en lo que refiere a servicios de salud.
El segundo hace referencia a la atención psicosocial de la mano de profesionales, sobrevivientes y pares. En tercer lugar, se busca el acceso de los sobrevivientes a la rehabilitación, consultas médicas especializadas y ayudas técnicas complementarias a la asistencia del Estado (prótesis, ortesis y medicamentos no contemplados en el Plan Obligatorio de Salud-POS).
Finalmente, se les brindará asesoría jurídica para casos individuales y generales, así como orientación a víctimas y sus familias sobre la ruta de atención y acompañamiento durante todo el proceso de reparación integral. Igualmente, se capacitará a miembros del equipo del proyecto, multiplicadores y pasantes universitarios con el fin de brindar ayuda en todo lo relacionado con la ruta de atención y el acceso a los derechos de las víctimas y sus familiares.
El tercer eje del proyecto hace referencia a la Gestión Territorial. Las actividades a desarrollar están orientadas a sensibilizar y acompañar a la institucionalidad en la construcción, actualización, socialización e implementación de la ruta de atención, además de la elaboración de Planes Locales de Acción Integral Contra Minas (PLAICMA) a nivel municipal y departamental.
También se capacitará al equipo del proyecto en estrategias de incidencia, con el fin de construir dos planes de incidencia departamentales y uno nacional. Por otro lado, se realizarán seis foros municipales y cuatro departamentales para la promoción de la AICMA en el territorio.
Todo, irá acompañado del fortalecimiento de las asociaciones de sobrevivientes, teniendo en cuenta sus necesidades particulares. Para ello, se desarrollarán 12 capacitaciones, 6 para cada asociación, y se brindará apoyo en la realización de cuatro asambleas de socios.También se realizarán sesiones de formación en gestión territorial, incidencia y enlace comunitarios para 30 multiplicadores, 15 en cada departamento.
Johanna Ospina, enlace de la CCCM y la Pastoral Social en Caquetá, resaltó la importancia de la integralidad del proyecto, puesto que se incluye a víctimas, sus familias y comunidades a lo largo de las actividades que se estarán desarrollando.
En este sentido, “el apoyo de la CCCM es vital para las […] víctimas. No solo contempla los municipios priorizados, sino que también incluye a las asociaciones de víctimas de MAP, MUSE y AEI, para que más adelante puedan estas puedan tener incidencia en la institucionalidad y ser a su vez multiplicadoras”, dijo Ospina. De igual manera, otro punto fuerte son las asesorías holísticas que se brindarán, puesto que “ayudan a las víctimas a [reclamar] todo aquello a lo que tienen derecho”.