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El pasado 27 de octubre, Naciones Unidas adoptó una resolución emblemática para iniciar negociaciones el próximo año acerca de un tratado que prohíba las armas nucleares. Esta decisión histórica anuncia el fin de dos décadas de parálisis en los esfuerzos multilaterales por el desarme nuclear.

En una reunión del Primer Comité de la Asamblea General de la ONU, el cual se encarga de asuntos de desarme y seguridad internacional, 123 naciones votaron a favor de la resolución, con 38 en contra y 16 abstenciones.

La resolución instalará una conferencia de la ONU a principios de marzo del próximo año, la cual estará abierta a todos los Estados miembros, para negociar “un instrumento jurídicamente vinculante para prohibir las armas nucleares, conduciendo así a su total eliminación”. Las negociaciones continuarán en junio y en julio.

La Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN por sus siglas en inglés), una coalición de la sociedad civil activa en 100 países y de la que forma parte la Campaña Colombiana Contra Minas (CCCM), celebra la aprobación de esta resolución como un importante paso adelante, que marca un cambio fundamental en la manera en que el mundo aborda esta importante amenaza.

“Por siete décadas, la ONU ha advertido de los peligros de las armas nucleares y las personas han organizado campañas globales pidiendo su abolición. Hoy la mayoría de los Estados han, finalmente, resuelto prohibir estas armas”, dijo Beatrice Fihn, directora ejecutiva de ICAN.

A pesar de las presiones de una serie de Estados nuclearmente armados, la resolución fue aprobada por una vasta mayoría. Un total de 57 naciones fueron copatrocinadoras, con Austria, Brasil, Irlanda, México, Nigeria y Sudáfrica tomando la iniciativa en la redacción de la resolución.

La votación de la ONU se produjo horas después que el Parlamento Europeo adoptara su propia resolución en la materia (415 a favor y 124 en contra, con 74 abstenciones), invitando a los demás miembros de la Unión Europea a “participar constructivamente” en las negociaciones del próximo año.

Las armas nucleares son las únicas armas de destrucción masivas que aún no están prohibidas de forma completa y universal, a pesar de sus bien documentadas catástrofes humanitarias e impactos ambientales.

“Un tratado que prohíba las armas nucleares fortalecería la norma mundial contra el uso y la posesión de estas armas, cerrando grandes lagunas en el régimen jurídico internacional existente y estimulando la acción largamente esperada de desarme”, dijo Fihn.

“La votación de hoy demuestra claramente que la mayoría de las naciones del mundo consideran que la prohibición de las armas nucleares es una necesidad, factible y urgente. Las naciones lo vieron como la opción más viable para lograr un progreso real sobre el desarme”, dijo.

Las armas biológicas, las armas químicas, las minas antipersonal y las municiones en racimo están explícitamente prohibidas bajo la ley internacional, pero solo existen prohibiciones parciales para las armas nucleares.

El desarme nuclear ha sido una prioridad en la agenda de la ONU desde la conformación de la organización en 1945. Los esfuerzos para lograr este objetivo se han estancado en los últimos años, con Estados nuclearmente armados invirtiendo en la modernización de sus fuerzas nucleares.

Veinte años han pasado desde que un instrumento multilateral para el desarme nuclear fue negociado por última vez: el Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares de 1996, el cual aún no ha entrado en vigor debido a la oposición de un puñado de naciones.

La resolución, conocida como L.41, actúa como una recomendación clave de un grupo de trabajo de la ONU sobre desarme nuclear que se reunió en Ginebra, este año, para evaluar los méritos de varias propuestas para lograr un mundo libre de armas nucleares.

Esta decisión también sigue tres importantes conferencias intergubernamentales que examinaron el impacto humanitario de las armas nucleares, celebradas en Noruega, Austria y México en 2013 y 2014. Estas reuniones ayudaron a replantear el debate sobre las armas nucleares para centrarse en el daño que estas armas infligen a la población.

Las conferencias también permitieron a naciones no armadas nuclearmente jugar un papel más asertivo en el terreno del desarme. Para la tercera y última conferencia, la cual tuvo lugar en Viena en diciembre de 2014, la mayoría de los Gobiernos había señalado su deseo de proscribir las armas nucleares.

Tras la Conferencia de Viena, ICAN fue una pieza clave en la obtención de apoyo para un compromiso diplomático de 127 naciones, conocido como el compromiso humanitario, que compromete a los gobiernos a cooperar en los esfuerzos “para estigmatizar, prohibir y eliminar las armas nucleares”.

A lo largo de este proceso, víctimas y sobrevivientes de las detonaciones de armas nucleares, incluyendo las pruebas nucleares, han contribuido activamente. Setsuko Thurlow, una sobreviviente de la bomba de Hiroshima y seguidora de ICAN, ha sido una importante defensora de la prohibición.

“Este es realmente un momento histórico para el mundo entero”, dijo tras la votación. “Para aquellos que sobrevivimos los bombardeos atómicos de Hiroshima y Nagasaki, es una ocasión de júbilo. Hemos estado esperando mucho tiempo para este día”.

“Las armas nucleares son absolutamente horrendas. Todas las naciones deben participar en las negociaciones del próximo año para prohibirlas. Espero estar presente para recordarle a los delegados el sufrimiento atroz que las armas nucleares causan. Es nuestra responsabilidad asegurarnos que ese sufrimiento no se vuelva a repetir”.

Aún hay más de 15.000 armas nucleares en el mundo, mayormente en los arsenales de solo dos naciones: los Estados Unidos y Rusia. Otras siete naciones también poseen armas nucleares: Reino Unido, Francia, China, Israel, India, Pakistán y Corea de Norte.

La mayoría de las nueve naciones armadas nuclearmente votaron en contra de la resolución de la ONU. Muchos de sus aliados, incluyendo aquellos en Europa que albergan armas nucleares en sus territorios como parte de un acuerdo de la OTAN, también fallaron en apoyar la resolución.

Sin embargo, las naciones de África, América Latina, el Caribe, el Sudeste Asiático y el Pacífico votaron abrumadoramente a favor de la resolución, y es probable que sean actores clave en la conferencia de negociación en Nueva York el próximo año.

El lunes 24 de octubre, 15 ganadores del Premio Nobel de Paz instaron a los Gobiernos a apoyar este proceso y llegar a “una conclusión exitosa y oportuna para que podamos avanzar rápidamente hacia la eliminación definitiva de esta amenaza existencial para la humanidad”.

El Comité Internacional de la Cruz Roja también ha hecho un llamamiento a los Gobiernos para apoyar este proceso, declarando el 12 de octubre que la comunidad internacional tiene una “oportunidad única” para lograr una prohibición del “arma más destructiva jamás inventada”.

“Este tratado no eliminará las armas nucleares de la noche a la mañana”, concluyó Fihn. “Pero establecerá un poderoso estándar legal internacional, estigmatizando las armas nucleares y persuadiendo a las naciones a tomar medidas urgentes en materia de desarme”.

En particular, este tratado ejercerá gran presión sobre las naciones que reclaman protección de las armas nucleares y será un aliado para terminar con esta práctica, que a su vez creará la presión para el desarme nuclear de las naciones nuclearmente armadas.

Artículo traducido de 

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